Este artículo aborda el papel evolutivo de la inteligencia artificial (IA) en la educación, destacando su potencial para ir más allá de las meras herramientas educativas y participar activamente en el proceso de aprendizaje. Específicamente, destaca la falta de un marco conceptual sólido para comprender, diseñar y evaluar el paradigma emergente de la interacción humano-IA, impulsado por la aparición de agentes de IA autónomos y orientados a objetivos. Este artículo propone el marco APCP, un novedoso marco conceptual que describe la transición de la IA de herramienta a socio colaborador. Distingue entre cuatro niveles de agencia de la IA (herramienta adaptativa, facilitador proactivo, co-aprendiz y colaborador par) y proporciona un vocabulario estructural para analizar los roles y responsabilidades cambiantes entre humanos y agentes de IA. Además, a través de una discusión filosófica sobre si la IA es realmente un colaborador, argumenta que si bien la IA puede no lograr una asociación verdaderamente subjetiva, puede diseñarse como un colaborador funcional altamente efectivo. Este artículo ofrece implicaciones para el futuro de la pedagogía, el diseño instruccional y la investigación educativa en IA.