A la confusión en torno a la figura del psicólogo contribuyen ciertas pseudoprofesiones, como la del consejero o la del coach que, a pesar de no tener ninguna formación, afirman ocuparse de la salud y el bienestar de la persona y, por qué no, incluso un poco de psicología... "porque todos somos un poco psicólogos". Este panorama desorienta a las personas que se encuentran en estado de necesidad.
Estos pseudoprofesionales no tienen ninguna formación que les permita ocuparse de la salud y el bienestar de la persona. Su actividad no está reconocida como profesión sanitaria: esto significa que no existen normas que protejan la salud del ciudadano que recurre a estos pseudoprofesionales.